Toca hacer balance, recoger los restos del año pasado y empezar a preparar el concurso  que se nos viene encima. Un concurso que -vale lo diré por primera vez- será raro, un concurso que viene de nalgas desde antes de empezar, desde antes de la finalización del anterior. Por mas que uno trate hacer presunción de inocencia, por mas que trate de verlo de manera ingenua, me resulta imposible ver en el fondo de la cuestión algo turbio. Pero no, me he propuesto no hacer de esta entrada una caza de brujas. Los de las teorías Judeomasónicas -si también los hay en el mundo del carnaval- que debatan, a mi me aburre. Tampoco creo que un concurso sin Aragón o sin los Carapapas es un concurso peor. Al margen de filias y fobias, su baja resta, si a estas le sumamos las bajas de Quiñones, Bienvenido, Love, Sheriff... Se nos queda un carnaval, si, eso... ¡RARO!

Vayamos al origen del asunto: año 2013, concurso que se presentaba apasionante, con regresos, con alianzas improbables e incursiones en la modalidad que despertaban muchísimo interés.   Pronto se sucedieron los acontecimientos, y en un afán protagonista, el jurado protagonizó y copó un concurso en el que su presencia no era invitada. Ya saben esto es como el fútbol, cuando el arbitro destaca mal asunto...

Y así fue rigurosa aplicación del reglamento, para luego echarse atrás, para terminar con una final cuanto menos 'inesperada' que, con gustos y preferencias aparte, me pareció esperpéntica. Que no me vengan con el viejo direte de los nombres y de una final al margen de estos. En la última de las fases deben estar los mejores del concurso (o al menos casi todos), en la opinión del que suscribe esto, ni de lejos fue así... Cada uno tendrá la suya. 

No pretendo dejar nombres propios, pero adelantándome a alusiones. No, la comparsa de Juan Carlos Aragón no estaba a la altura de una final, probablemente si de mi gusto dependiese tampoco hubiese entrado en semifinales. Pero dejemos de lado lo pasado, porque ya saben "pasado está" y afrontemos lo que se nos viene encima: un concurso en el que ante la ausencia de muchos de los grandes NOMBRES de la fiesta, la segunda línea, la nueva generación debe dar el pasito hacia delante.

Es un año perfecto para que nombres como Juan Fernández y su comparsa terminen de consagrarse después de su, por lo menos en lo que a reconocimiento se refiere, mejor año. O esa comparsa Remolinera huérfana de su creador pero que a la batuta Antonio Rivas. En mi opinión, el mejor grupo del carnaval y que debe aspirar a todo. Espero con muchas ganas a Germán García Rendón y la tercera saga de su comparsa OBDC, de la que espero otro nuevo salto, o al Jona y sus chicos del tejado. Tengo especial curiosidad por saber lo que traen los hermanos Catalanes con la colaboración de un tío con tanto gusto como es David Palomar.

Antonio Martín parece que propone al menos algo alejado a sus anteriores propuestas. Al menos de entrada esta propuesta parece mas cercana al estilo socarrón de lo siento picha...que al machacón... Quería decir al vigoroso estilo de años pasados. Esperemos que en el resultado final se aleje del resultado de la ultima propuesta de Tino. Y hablando de Tovar, de él espero una vuelta al camino lúcido de un trienio inspirado (Volver a empezar , Juana la loca,  Ciudadano Zero)  y que deje el cartoon para Clan TV.

Toca esperar. Esperar no quiero esperar más, bueno si... Que acabe pronto la espera y que se baje el telón pronto del Falla. Para entonces el año anterior pasará a mejor vida y las expectativas quedarán en el cajón. Para entonces oído limpio y libre para todas y lápiz afilado también.

¡Feliz Carnaval y que el dios Momo reparta suerte!

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